Los tragaluces, monitores, y claraboyas introducen y distribuyen la luz del sol a aquellos espacios que cuentan con acceso al plano del techo.

Las ventajas de la iluminación natural que se provee a través del techo son el acceso a toda la bóveda celeste, la distribución consistente de la luz solar durante todo el día, la posibilidad de controlar más fácilmente el deslumbramiento, y la posibilidad de proveer de iluminación natural a espacios interiores grandes sin importar la forma que tenga su planta arquitectónica.

El área acristalada que provee la iluminación natural deberá tener como mínimo de un 10% a un 20% de la superficie interior que se desea iluminar.

En las zonas donde se requiere de una mejor iluminación natural se debe filtrar y distribuir la luz solar directa mediante el uso de materiales translúcidos, interceptar la luz solar directa con deflectores y reflectores, y/o rebotar la luz solar utilizando una pared o superficie interior alta con acabado de color claro. Las áreas acristaladas deberán sombrearse de la luz solar directa durante el verano.